Sautuola / XIII
Instituto de Prehistoria y Arqueología “Sautuola”
Santander (2007),
Metalistería de la Hispania Romana
Monográfico
La vajilla de bronce en Hispania
Bronze dishes in Hispania
Romana ERICE LACABE1
Al Profesor Günter Ulbert,
con mi profundo agradecimiento
por su magisterio y su extraordinaria humanidad.
RESUMEN
Este capítulo constituye un catálogo de las formas más representativas y significativas de vajilla de bronce en Hispania, tanto de época republicana como de época altoimperial.
ABSTRACT
This paper is a catalogue of the bronze dishes known in Hispania belonging to the Republican period and to the Early Empire.
PALABRAS CLAVE: Ajuar aseo. Bronces hispano-romanos. Metales de uso doméstico. Servicio de mesa para líquidos.
KEY WORDS: Metals for domestic use. Roman bronzes in Hispania. Table service for liquids. Washing service.
La selección de piezas de vajilla hispano-romana
para este texto se ha llevado a cabo eligiendo, en primer lugar, tipos bien conocidos en los estudios especializados de vajilla metálica de los que se conoce en
la Península Ibérica más de un ejemplar, pero también
se han seleccionado formas únicas, debido a ser representativas de un tipo de ajuar o de útil, con el fin de
dar testimonio de su existencia en Hispania.
I. LA VAJILLA REPUBLICANA
Los estudios específicos relativos a la vajilla metálica de este periodo histórico en la Península Ibérica fueron iniciados en 1985 por el investigador alemán Günter Ulbert con la publicación de los materiales hallados en el campamento de Cáceres el Viejo. Posteriormente habrá que esperar hasta el año 1991, cuando
se da a conocer la monografía titulada La Vaisselle Tardo-Républicaine en Bronze, editada por M. Feugère y
C. Rolley, cuya referencia en los estudios posteriores
será clave y básica. En ella se recoge un cierto número, no escaso, de piezas de vajilla procedente de Hispania. En 1999 C. Fabião dedica un amplio estudio a
cuatro recipientes de la vajilla tardorrepublicana procedentes de Portugal, haciendo reiteradas referencias
a trabajos y hallazgos españoles. Un año después, de
nuevo una investigadora germana, K. Mansel, sobre la
base de los hallazgos de vajilla metálica recuperados
en el yacimiento de Morro de Mezquitilla, Málaga,
1. Unidad de Museos. Ayuntamiento de Zaragoza.
Correo electrónico: rerice@zaragoza.es
ISSN: 1133-2166
ofrece una recopilación y estudio tipológico de un grupo de formas hispano-republicanas. Los tipos que siguen son originarios en su mayoría de Italia.
ÁNFORAS
Los escasos ejemplares en el Occidente romano que
componen el grupo de las ánforas metálicas impiden
establecer una clara distinción tipológica. La forma
atestiguada en Hispania, denominada tipo Agde, presenta una pronunciada panza circular, un cuello alto y
un borde recto provisto en el exterior de líneas circulares molduradas. El fondo, soldado, es laminado y tiene una altura de 1 a 2 cm. Las finas asas macizas dibujan un perfil en S, muestran en su mayoría un dedil
cilíndrico en la parte superior que, a su vez, abraza el
borde de la vasija para terminar en cabezas esquemáticas de ánades. En la base de estas piezas soldadas se
encuentra un aplique en forma de hoja cordiforme con
una gruesa nervadura central.
La función de esta forma se ha conocido gracias a
la disposición del hallazgo de Cáceres el Viejo, ya que
conservaba todavía en su interior un simpulum, con el
que se extraerían pequeñas cantidades del vino contenido en el ánfora, por lo que estaba en uso justo antes del gran incendio, que destruyó el yacimiento. La
reducida área de difusión parece indicar un uso cultural o religioso propio de la cultura clásica (ULBERT,
1984: 79; FEUGÈRE, 1991a: 50).
Cáceres el Viejo muestra el primer ejemplar recopilado en Hispania de un nivel de destrucción fechado en-
198
tre los años 80 y 79 a.e. (ULBERT, 1984: nº77-78,
lám.60.77-78). En el campamento de Renieblas, perteneciente al asedio de Numancia que culminó en el año
133 a.e., se han reconocido dos asas correspondientes
a una forma de este grupo (LUIK, 2002: 58, fig.78-79).
CAZO – SIMPULUM2
Situándose en el límite temporal comprendido entre la segunda mitad del siglo II y el siglo I a.e. hasta
época de Augusto se pueden distinguir dos grandes
clases de simpula. La primera está constituida por el
tipo Pescate y la segunda reúne todos los tipos que se
derivan de los simpula griegos, que se caracterizan por
un vaso perpendicular al mango y un gancho de suspensión. Su función es la de servir de intermediario entre la vasija de mezclas (la sítula o la crátera) y el vaso
de beber. Se trata de un objeto refinado perteneciente al servicio del vino hasta fines de la República. Sin
embargo, también cumple una función durante libaciones religiosas y ceremonias funerarias en Roma
(CASTOLDI y FEUGÈRE, 1991: 62 y nota 4).
Se distinguen en este trabajo cinco tipos de simpula de acuerdo con la clasificación de M. Castoldi y
M. Feugère:
Tipo 1. Simpula de dos piezas y mango horizontal o
tipo Pescate.
Estos simpula tardorrepublicanos están constituidos por dos elementos distintos, un vaso y un mango,
elaborados por separado y luego unidos el uno al otro
para formar el cazo. El vaso es siempre de forma globular y fondo cóncavo, mientras que en el cuello
muestra un estrangulamiento antes de elevarse en recto y crear un exvasamiento ligero en el borde. Ha sido
fabricado por martillado de una lámina. El asa, fundida, se articula de diferentes maneras y termina, en un
extremo, en gancho con forma de cabeza de can o
ánade, mientras el otro extremo se bifurca en dos brazos que se enganchan alrededor del cuello del vaso.
M. Castoldi (FEUGÈRE y CASTOLDI, 1991: 64-68) a
su vez, subdivide en cuatro este tipo:
Tipo 1.A. Mango de triple articulación compuesto,
normalmente, por dos tramos con forma de palas de
remo, entre las que se sitúa uno de sección circular. El
gancho termina en una cabeza de can o de ánade. Este tipo aparece en Morro de Mezquitilla, Málaga
(MANSEL, 2000: fig.1a-c) en tres ocasiones.
2. La autora de este texto comparte la opinión de C.Fabião (1999: 167) de no
separar en simpulum y chiatus los cazos (MARTÍN VALLS, 1990: tipo 4; BERROCAL-RANGEL, 1992: 142; 1997: fig.4.1), sino continuar una denominación aceptada de forma generalizada por la bibliografía especializada
europea al hacer referencia a estos objetos.
LA VAJILLA DE BRONCE EN HISPANIA
K. Mansel (2000: 200), por su parte, reconoce tres
variantes según la forma que presenta el tramo central
moldurado, ya sea en forma de émbolo con botones,
en forma de émbolo liso o presente un moldurado liso.
M. Castoldi y M. Feugère (1991: 70) recogen en su
listado de difusión los ejemplares procedentes de Cáceres el Viejo y el Museo Arqueológico de Sevilla. Posteriormente K. Mansel (2000: 200), incluyendo estos
dos últimos, publica 15 ejemplares de esta variante
procedentes de la Península Ibérica, recuperados en
diez yacimientos: 3 ejemplares en Morro de Mezquitilla, Málaga y Mesas do Castelinho, Almodóvar (Portugal); dos piezas en Castellones de Ceal, Jaén; un ejemplar en los siguientes yacimientos: Cáceres el Viejo (ULBERT, 1984: lám.15.97); Sierra Martela, Segura de León, Badajoz (ENRIQUEZ-RODRÍGUEZ, 1988: 124, fig.
9.13.121.128; Castrejón de Capote, Higuera La Real,
Badajoz (BERROCAL-RANGEL, 1994: 273, fig.10); San
Miguel de Sorba, Barcelona; La Custodia, Viana, Navarra; Castelo da Lousa, Evora (Portugal); Castelo Velho de Cobres en Beja (Portugal). C. Fabião (1999: 175)
añade de Portugal un ejemplar reparado y otros fragmentos procedentes de Cabeça de Vaiamonte, así como un fragmento perteneciente a una colección particular de Castelo Velho de Veiros en Estremoz, elevando de este modo el número de hallazgos de esta
variante a 17 elementos.
Tipo 1.B. Mango de doble articulación. El gancho termina en una cabeza de can o de ánade.
De este tipo se conocen 12 ejemplares en la Península Ibérica, procedentes de cinco enclaves arqueológicos mencionados por K Mansel (2000: 201): Azaila,
cinco ejemplares; Lacipo-Casáres, Málaga un ejemplar
(PUERTAS TRICAS, 1982: 193, fig.124.853); Castellares, Puente Genil, Córdoba un mango (LÓPEZ PALOMO, 1980: 5-45); Sevilla y Bombarral, Leiria un mango. Por otro lado, C. Fabião (1999: 175) añade en esta variante tres hallazgos más de Portugal procedentes
de Lomba do Canho, Arganil; Cabeça de Vaiamonte y
en Mesas do Castelinho, Almodóvar.
Tipo 1.C. Mango constituido por un único elemento
de sección circular. El extremo o gancho termina en
una cabeza de can o de ánade. Este tipo aparece en
Morro de Mezquitilla, Málaga (MANSEL: 2000: fig.1df), donde K. Mansel propone una variante, que denomina C3, y de la que se conocen tres ejemplares en ese
yacimiento. El cuarto ejemplar mencionado por esta
autora procede de Cáceres el Viejo. De esta variante C.
Fabião (1999: fig. 3.4) recoge en Cabeça de Vaiamonte (Portugal) un paralelo al ejemplar de Cáceres. J. Mª.
Blázquez (1962: II) publica un simpulum completo, cuyo mango reproduce un tallo con sus nudos y termina
en la cabeza de un can, procedente de la Antigua Colección de la Biblioteca Nacional.
199
Romana ERICE LACABE
Tipo 1.D. Mango constituido por un único elemento
de sección cuadrada y anillo de suspensión. De este tipo se conoce un solo ejemplar en la Península Ibérica
(MANSEL, 2000: 220), procedente del Museo de Gavá, Barcelona.
La cronología de los cazos tipos A, B y C en la Península Ibérica, según K. Mansel (2004: 20), se sitúa
fundamentalmente en el primer tercio del siglo I a.e.
Del análisis realizado a las piezas procedentes de
Morro de Mezquitilla, Málaga (MANSEL, 2000: 200),
se desprende que las aleaciones de cuatro de los mangos de simpula presentan bajos porcentajes de estaño
-entre 4,5 y 6,5%- y de plomo -entre 1 y 2,5%-, mientras que otros dos mangos muestran altos porcentajes
de estaño -7,4% y 12,3%- y uno de ellos también elevado nivel de plomo -3,6%-. Los mangos se fundieron
en forma de varas y posteriormente se trabajaron por
forja para darles la forma final.
Tipo 2. Simpula de mango vertical moldurado y gancho zoomorfo. No se ha localizado por el momento
ningún ejemplar en Hispania.
Tipo 3. Simpula de mango vertical plano con acanaladuras y gancho zoomorfo.
En este grupo M. Castoldi y M. Feugère (1991: 81)
integran un simpulum completo en plata perteneciente al tesoro de Mengíbar3. El mango termina en la forma más frecuente, como es la cabeza de ánade. Los
hallazgos galos proporcionan una cronología de este
tipo fuera de Italia, que indica que la forma se conoce
ya a finales del siglo II a.e., pero cuando es verdaderamente frecuente es durante el comienzo del siglo I a.e.
pasando a ser su hallazgo esporádico sobre los años
50-30 a.e (CASTOLDI y FEUGÈRE, 1991: 74-75). C. Fabião (1999: 177, fig.4) incorpora a esta variante un
cazo, cuya procedencia se atribuye a la villa de Torre de
Palma, Monforte (Portugal). A este grupo pertenece
también una forma completa conservada en el M.A.N.
procedente de Castellones de Ceal, Jaén (POZO, 2004:
fig.7-8s), así como dos ejemplares de Azaila (Beltrán,
1976: 169, fig.42.1034 y 3722), uno al que solamente le falta la cabeza de ánade del extremo, y otro del
que se conserva el cazo y el arranque de la varilla. Procedente “del Bajo Aragón” se encuentra en la Hispanic
Society of America, Nueva York, un ejemplar al que solamente le falta el extremo con la característica cabeza de animal (GARCÍA Y BELLIDO -ed.-, 1993: 271,
lám. 327.3). Finalmente, J. Mª. Blázquez (1962: 198,
fig.1) publica un simpulum completo, conservado
3. También en A. Blanco Freijeiro (1967: 96, fig.8. Etalamo (2006: 165), considera el ejemplar de Mengíbar más elaborado y elegante que sus paralelos hallados en Palmi, el tesoro de Arcisate y Siria.
también en el MAN, procedente de la Antigua Colección del Marqués de Salamanca.
Tipo 4. Simpula de mango vertical soldado, que termina en gancho zoomorfo, botón o un pequeño colador. Este tipo está constituido por dos piezas -mango y vaso- fundidas por separado, que son soldadas a
la altura del borde del vaso. Esta forma es conocida ya
a comienzos del siglo I a.e., como lo muestra el ejemplar hallado en Cáceres el Viejo, pero el resto de pequeños mangos parecen encontrarse a comienzos del
siglo I d.e. Este es uno de los pocos tipos que aseguran la transición entre los tipos republicanos y los imperiales.
Los ejemplares hispanos hallados en Moraleda de
Zafayona, Granada, en concreto un asa, y el fragmento de asa procedente de Cádiz (POZO, 2004: fig.1011), deberían incluirse en el apartado de “otros tipos”
tal y como M. Castoldi y M. Feugère proponen al final
de su capítulo, ya que comparten con una pieza perteneciente a este grupo el tipo de remate del asa. En
la necrópolis de Mouriès, Bouches-du-Rhône (Francia)
(CASTOLDI y FEUGÈRE, 1991, 86-87, fig. 22.1) fue hallado un simpulum perteneciente al tipo 3, pero con
un mango particular, ya que hacia el final del asa presenta un gancho que sobresale y termina en una cabeza zoomorfa. Además, el útil se prolonga en una pequeña cazoleta circular perforada, a modo de colador.
Los dos hallazgos hispanos muestran esta misma particularidad pero su factura es propia de tipo 4.
Tipo 5. Simpula de asa vertical, cazo redondeado y colador. Este tipo podía estar presente en la villa romana
de S. Cucufate (Portugal), donde se inventarió el fragmento de un mango de sección rectangular, en cuyo
extremo se conserva la cazoleta-colador (SALETE DA
PONTE, 1987, lám. VI.75).
COLADORES
Los coladores se componen de dos o tres piezas diferenciadas. Por un lado el vaso, trabajado sobre una
fina lámina batida y perforado. Por otro lado el asa,
fundida o forjada de una o dos piezas que componen
un anillo -en vertical unido al cuerpo- y una lámina -en
horizontal unida al borde- para apoyar el dedo pulgar.
El cuerpo es de una sola pieza y fabricado en forma
hemiesférica. Según la forma del borde -que completa la media esfera, bordes rectos y bordes oblicuos a
los labios- se han reconocido cuatro tipos. Este útil se
encuentra directamente asociado al servicio del vino.
J.- P. Guillaumet (1991: 94, nos 54-59) menciona
hallazgos de asas de coladores procedentes de Hispania en La Alcudia, Elche; Ampurias; Jijona, Alicante;
Sant Joseph, La Vall d´Uxo; Castillo de la Torre Gordo
(en el Museo de Alicante); Santana, Mallorca y Co-
200
nimbriga (la pieza vertical del asa en J. ALARCÃO et
alii, 1979, lám. XXXVIII.26). C. Fabião (1999: 179-180)
añade, procedentes de Portugal, las asas de Pedrao,
Setúbal; Lomba do Canho, Arganil; Serra de Segovia,
Elvas; Castelo Velho de Veiros, Estremoz; Mesas do
Castelinho, Almodóvar y Cerro de Rocha Branca, Silves; dos asas de Cabeça de Vaiamonte, Monforte; un
colador de Moldes, Castelo de Neiva y otro procedente de Citânia de Briteiros, Guimãraes. Según este autor,
todos pertenecen a contextos republicanos, con la duda de las piezas aparecidas en Moldes, Briteiros y Conimbriga. Por otro lado, Azaila cuenta entre sus materiales con la parte horizontal de un asa de este útil
(BELTRÁN, 1995: 239, fig. 4.1). En la Colonia CelsaVelilla de Ebro, Zaragoza (BELTRÁN, 1998: 79, fig.
205) se recogió la parte vertical de un asa de colador.
En Cáceres el Viejo (ULBERT, 1984: nos 84-90) se conocen fragmentos de las dos partes del asa. Finalmente C. Fabião (1999: 180) menciona hallazgos en
Villasviejas de Tamuja, Cáceres, y en El Raso de Candeleda, Ávila.
Para la cronología de los ejemplares hispanos sólo
se cuenta con el hallazgo del campamento de Cáceres
el Viejo (destruido los años 80/79 a.e.) como fecha
más antigua. Sin embargo, J.-P. Guillaumet (1991: 92)
propone que los coladores hacen su aparición a fines
del siglo II a.e. y se utilizan hasta el gobierno del emperador Tiberio.
Figura -1 Coladores, sus partes y modo de asir (GUILLAUMET, 1990
89, fig.1).
FUENTE- BARREÑO-JOFAINA
En Cáceres el Viejo (ULBERT, 1984: nº 99) se localizó solamente la base de una fuente muy abierta. El pie
moldurado podría pertenecer a una forma Eggers 94 ó
95 (ULBERT, 1984: 95)4. Estas formas están constituidas
por una vasija muy abierta, amplia, profunda y casi hemiesférica con el borde exvasado, fabricada por martilleado de una lámina. Dos asas macizas, fundidas a
4. M. Bolla (1991: 119) considera el pie de Cáceres el Viejo de tipología incierta.
LA VAJILLA DE BRONCE EN HISPANIA
molde y soldadas en la zona media, se sitúan en puntos opuestos, mostrando adornos de motivos vegetales y grandes hojas de vid. El pie, realizado igualmente
aparte, se elaboró a torno soldándolo posteriormente
a la base de la amplia fuente (BOLLA, 1991: 113, 115).
La función de este objeto, que desaparece en época augustea, se encuentra en el servicio de aseo, útilizándose durante las abluciones. Esta función de baño
se refuerza porque está relacionada ha sido hallada
formando ajuar con una jarra de carena baja y un ungüentario globular (BOLLA, 1991: 117).
JARRAS
Se han reconocido tres tipos de jarras: las de cuerpo bitroncocónico, las de cuerpo piriforme de perfil en
S y las de panza globular baja.
El tipo atestiguado en Hispania es el que presenta
un cuerpo bitroncocónico, del que Ch. Boube (1991:
23, 25) ha diferenciado dos grupos, uno pertenece al
grupo denominado tipo Piatra Neamt y el otro es el
denominado tipo Gallarate. De este último, C. Fabião (1999: 169) menciona un hallazgo procedente
del Castro de Sabroso (Portugal). Un segundo ejemplar completo, perteneciente a la colección de Antonio
Vives (GARCÍA Y BELLIDO -ed.-, 1993: 269, lám. 313),
se encuentra en la Hispanic Society of America, Nueva
York. Este tipo de jarras de cuerpo bitroncocónico y carena baja se caracterizan por mostrar un aplique en
forma de hoja cordiforme. La base es plana y tiene dos
o tres círculos concéntricos realizados a torno en el
centro. Además, tres pequeños pies peltiformes se sitúan equidistantes y soldados en su borde exterior
(BOUBE, 1991: 25).
El tipo Piatra Neamt se caracteriza por un cuerpo bitroncocónico de carena baja, de entre 11 y 12
cm de alto, fabricado por martilleado de una lámina y
afinado a torno. El borde, de boca circular, es exvasado y cuenta con unos labios rectos o, a veces, ligeramente oblicuos. El fondo de la jarra es plano y está
marcado en el centro por unas líneas concéntricas incisas efectuadas a torno. En el borde exterior del mismo se sitúan tres pequeños soportes macizos o pies
soldados en una posición equidistante. La estrecha asa
está fundida en macizo, y presenta diversas molduraciones y una sección circular. En el borde de la vasija
dos de los extremos del asa abrazan la forma circular,
culminando en cabezas de ánades, mientras el tercer
extremo, que presenta una esquematización vegetal,
se eleva perpendicularmente a la boca, cumpliendo la
función de dedil. La parte del asa soldada sobre la panza de la vasija termina en un aplique figurado, que representa el busto de un personaje masculino de abundante cabellera rizada, barbado y con largos bigotes.
El único elemento de vestimenta que suele acompa-
201
Romana ERICE LACABE
ñarle se apoya, un manto, que suele acompañarle se
apoya y le cubre el hombro izquierdo, elemento que
ha servido para reconocer en él al dios Júpiter (BOUBE,
1991: 25).
La cronología de utilización de los ejemplares hispanos tipo Piatra Neamt se sitúa, según K. Mansel
(2000: 214), entre alrededor del año 100 y el primer
tercio del siglo I a.e., afinando más la propuesta sugerida por Chr. Boube (1991: 26), que proporcionaba
una fecha general para esta forma entre los años
125/120 a los años 50 a.e. basándose en los hallazgos realizados en Italia (Ornavasso), pero sobre todo
los de Hispania (Pollentia, Azaila y Las Corts en Ampurias). El tipo Gallarate, por su parte, es fechado, fuera
del territorio itálico, entre 125/120 y el 70 a.e (BOUBE,
1991: 26).
La forma Piatra Neamt se deriva, como las demás
jarras bitroncocónicas fabricadas por martilleado, de
carena baja, de las formas etruscas fundidas, por lo
tanto mucho más pesadas (BOUBE, 1991: 27). Desde
Italia se difunde el tipo hacia el Este y Oeste del mundo romano, contabilizándose una concentración de hallazgos en Marruecos y un cierto número, algo inferior,
en la costa francesa y en Hispania. Las formas encontradas en Hispania no son iguales ni morfológica, ni estilísticamente, lo que significa diferentes modelos y, seguramente talleres (MANSEL, 2000: 210; 2004: 23). El
busto en general está trabajado toscamente.
Se conocen dos hallazgos completos, recogidos
uno en las excavaciones de Azaila, hoy desaparecido,
y el otro en Morro de Mezquitilla (Algarrobo, Málaga).
Además, K. Mansel (2004: 24) recoge en su trabajo
dieciséis asas procedentes de los siguientes lugares: La
Alcudia, Elche, Alicante; Tosal de Polop, Cala de Benidorm, Alicante; Ampurias, Gerona; El Palao, Alcañiz,
Teruel; dos asas de Hornachuelos, Badajoz; Pantano de
Iznájar, Córdoba; Zambra, Córdoba; dos asas de Camp
de Les Lloses, Osona, Barcelona; dos asas de Cabeça
de Vaiamonte, Monforte, Évora (Portugal); Monachil,
Elda, Alicante y La Rioja (en el Museo de la Rioja). A estos hallazgos se pueden añadir ocho más: un fragmento de asa procedente de Lora la Vieja (PADILLA,
GARCÍA y RÍOS, 2003: 16, fig.189); una jarra completa conservada en el Museo Arqueológico de Sevilla
(POZO, 2000: 420, 2, fig.1); un fragmento de asa de
Cástulo, Jaén (POZO, 2000: 420, 3); un asa completa
de Botorrita, Zaragoza (DÍAZ y MEDRANO, 1987: 783,
lám.II.4); dos fragmentos de los extremos figurados de
las asas procedentes del yacimiento celtíbero-romano
de Valdeherrera, Calatayud (GALINDO y DOMÍNGUEZ,
1985: 591, lám.1 8-9); dos bustos pertenecientes a
apliques de dos jarras procedentes del Cerro Tozaires
en el municipio de Valle de Abdalajís en Málaga (MELERO, 1997-98: 145, lám.2.1-2). El resultado es un
conjunto de veinticuatro ejemplares hispanos.
Las jarras tipo Ornavasso se caracterizan por un
cuerpo piriforme fabricado por martilleado y acabado
a torno. La forma se asienta sobre una base anular apoyada sobre tres soportes soldados dispuestos de forma
equidistante. El borde es exvasado con los labios verticales (BOUBE, 1991: 34). El asa, fundida por separado, es estrecha y se arquea de forma pronunciada. Se
encuentra soldada a la vasija. En la parte superior se
abre en media circunferencia, mostrando unas extremidades en forma de cabezas de ánades. El extremo
inferior presenta dos variantes, bien un busto helenístico del dios Júpiter (tipo Ornavasso-Ruvo) o bien
una gran hoja cordiforme con volutas laterales (tipo
Ornavasso-Montefiascon) (BOUBE, 1991: 35). A este ultimo grupo pertenecería el fragmento de asa del
Castellar de Santiesteban, Jaén (POZO, 2004: 91, fig.3).
Las asas recuperadas Se han recuperado asas en el
campamento de Renieblas, junto a Numancia (LUIK,
2002: 58, fig.80); la villa republicana de La Muntanyeta en Sant Boi de Llobregat, Barcelona (MOLIST, 1993:
79); Lora del Río, Sevilla (PADILLA et alii, 2003: 32, nº47,
fig. 63) y, por último, el asa recogida entre los dibujos
de la colección A. Vives procedente de los fondos de la
Hispanic Society of America, Nueva York, (GARCÍA Y BELLIDO -ed-, 1993: 270, lám. 319.2). Todas ellas presentan una parte superior en media circunferencia con los
extremos acabados en cabezas de ánades esquematizadas con un pequeño dedil en el centro de ambas y
un asa con un motivo vegetal, esquematizado, en toda
su largura, de forma que “podían ser tanto una variante de las jarras tipo Ornavasso-Ruvo, como una forma
nueva que debe ser definida” (BOUBE, 1991: 42, fig.
20), al igual que el asa procedente de Tamuda, Marruecos. Las tres últimas asas mencionadas muestran
medallones con motivos figurativos distintos (rostros
humanos y cabezas de animales).
La cronología atribuida al tipo Ornavasso por J.
Graue y R. Marinis y recogida por Chr. Boube (1991:
35) lo sitúa entre los años 70 y 25 a.e.
SARTENES
Su denominación no se corresponde con el uso que
damos hoy en día a la sartén, pero es la utilizada por
la bibliografía general al referirse a este útil. Las sartenes presentan tres formas (denominadas Montefortino, Povegliano-Scaldasole y Aylesford), que están en
uso desde el siglo III hasta el I a.e.
La sartén tipo Povegliano-Scaldasole tiene un
fondo plano y el cuerpo es menos profundo que el tipo Montefortino, pero más profundo que el tipo Aylesford. Las paredes son ligeramente curvas o rectas. El
borde es estrecho y sin decoración. El mango tiene la
misma anchura en todo su recorrido, prolongándose
en un gancho que acaba en la cabeza estilizada de un
202
LA VAJILLA DE BRONCE EN HISPANIA
Figura 2: Ánfora: Cáceres el Viejo (ULBERT, 1984: lám.13.77); Cazo o simpula: Castoldi y Feugére 1A, Morro de Mezquitilla (MANSEL, 2000:
fig.1a); 1B, Azaila (BELTRÁN, 1976: fig.43.1033); 1C, Morro de Mezquitilla (MANSEL, 2000: fig.1d); 1D, Museo de Gavá (MANSEL, 2000: fig.6);
3, Castellanes de Ceal (POZO, 2004: fig.7.8); 4, Moraleda de Zafayona (POZO, 2004: fig.10); 5, (CASTOLDI y FEUGÈRE, 1990: fig.21.3; Coladores: Mesas do Castelinho, Almodôvar (FABIÃO, 1999: fig.5.1-3) y Pedrâo, Setúbal (FABIÃO, 1999: fig.5.4); Fuente/Barreño: (BOLLA, 1991:
fig.2.2-3; Jarras: Gallarate (GARCÍA Y BELLIDO -ed-, 1993: lam.313); Piatra Neamt, Morro de Mezquitilla (MANSEL, 2000: fig.8); posible Ornavasso, campamento de Renieblas, Soria (LUIK, 2002: fig.174.80); Sartenes: Povegliano-Scaldasole, Morro de Mezquitilla (MANSEL, 2000:
fig.12); Aylesford (FEUGÈRE y MARINIS, 1990: fig.2-3); Sítulas: (BOLLA, BOUBE y GUILLAUMET, 1990: fig.1); asa, Cáceres el Viejo (ULBERT, 1984:
lám.16.98); Tazas: Tarragona (ROIG, 2003: fig.21a).
203
Romana ERICE LACABE
ánade. El hallazgo de este tipo fuera de la Península
Itálica es, hasta el momento, excepcional debido a la
ausencia de una exportación masiva (FEUGÈRE y DE
MARINIS, 1991: 105) durante el periodo en que está
en uso, es decir desde finales del siglo III y durante
gran parte del siglo II a.e. (FEUGÈRE y DE MARINIS,
1991: 100). La sartén aparecida en Morro de Mezquitilla constituye uno de esos escasos ejemplares (MANSEL, 2000: 218, fig.12).
La sartén tipo Aylesford tiene un fondo menos
plano que los demás grupos y el cuerpo, poco profundo, es de paredes curvas. El borde, de sección triangular, es amplio y plano, decorado en la mitad de su
recorrido por un adorno en forma de espina de pez. El
mango, que tiene la misma anchura en todo su recorrido, se prolonga en gancho y termina en una cabeza de ánade. Este tipo, que es el más difundido por
Europa, presenta dos producciones. Mientras la más
frecuente y común tiene un diámetro entre los 20 y 26
cm, la segunda cuenta con dimensiones inferiores, cuyo diámetro varía entre los 13 y los 19 cm. Este tipo se
fecha en Italia entre los años 125 y 30 a.e., pero la forma, fuera de ese espacio, se fecha desde comienzos
del siglo I a.e. hasta los primeros años del reinado de
Augusto (FEUGÈRE y DE MARINIS, 1991: 100 y 108).
M. Feugére, R. De Marinis (1991: 112 nº 97) mencionan un ejemplar procedente de Ampurias.
Frente a la idea generalizada de que las “sartenes”
formaban parte del servicio de bebida, se manifiestan
los hallazgos en contextos funerarios de la Europa Occidental en los que aparecen siempre asociadas a jarras. Estos conjuntos pertenecen al servicio de aseo
personal, es decir, eran utilizados en las abluciones que
tenían lugar durante comidas colectivas. (FEUGÈRE y
DE MARINIS, 1991: 108).
SÍTULAS
Las sítulas tipo Beaucaire tienen una altura entre
los 24 y los 30 cm. La vasija tiene un fondo circular plano con varios círculos concéntricos hechos a torno. El
cuerpo, fabricado a forja y afinado a torno, tiene forma
de cono invertido en su parte inferior y de cilindro fuertemente estrangulado antes de alcanzar el borde circular. Presenta soldados en el círculo exterior de la base
tres pies, fundidos en macizo, provistos de orificios circulares. Del mismo modo, cuenta con dos apliques de
asa, también fundidos en macizo, con forma de hoja
triangular u hoja de vid trilobulada, que se ubicaban en
el cuello de la vasija. Los anillos de los apliques permiten
el libre movimiento de un asa con los extremos, terminados en balaustre, vueltos sobre el asa.
El centro de producción y difusión se encuentra en
el Norte de Italia y la cronología de su elaboración ha-
bría que situarla entre el último tercio del siglo II y la
primera mitad del siglo I a.e. (BOLLA, BOUBE y GUILLAMET, 1991: 19-20; BOUBE, 1991a: 132). Es una
forma ampliamente difundida en Europa (BOUBE,
1991a: 134-137, lám.4).
En la Península Ibérica ha sido hallado un aplique
de una de estas escasas sítulas en el campamento de
Cáceres el Viejo que fue abandonado, como ya hemos visto, hacia el 80/79 a.e. (ULBERT, 1984:
lám.16.98).
TAZAS
El tipo de taza atestiguado en Hispania es el llamado tipo Idria, ya que fue en esa necrópolis yugoslava donde se halló y definió un el primer ejemplar
completo. Su característica es la de poseer unas paredes cóncavas, así como un asa que en un extremo acaba en una hoja de forma cordiforme y en el otro, el
superior, presenta un dedil esferoide.
M. Feugère (1991: 54), después de valorar y profundizar sobre la función de estas tazas concluye que
su uso debía relacionarse más con un accesorio de higiene corporal que con un vaso de bebida, función
que se le había atribuido hasta el momento de la publicación de su trabajo. B. Raev (1994: 349) comprueba tras los hallazgos de Ornavasso y el conjunto de
Elitny que estas tazas forman pareja con las sartenes tipo Aylesford en algún tipo de ritual.
La cronología del tipo se sitúa entre los años 120 y
75/50 a.e. (FEUGÈRE, 1991: 55), considerándose los
hallazgos posteriores, hasta época augustea, residuales.
M. Feugère menciona un asa en Numancia, dos
asas en Cáceres el Viejo y un cuarto ejemplar procedente de Azaila. K. Mansel (2004: 22) añade quince
hallazgos a esta lista, procedentes de Castrejón de Capote, Badajoz; Priego, Córdoba; El Mercadillo, Cáceres; Villasviejas de Tamuja, Cáceres y Raso de Candeleda, Ávila en España, junto a tres tazas sin asas de Moldes, Viana do Castelo; tres asas de Cabeça de Vaiamonte, Monforte; un asa de Sabroso, Guimaraes;
Monte Mòzinho, Peñafiel; Conimbriga (un asa en
ALARCÃO et alii, 1979, lám. XXXVIII.14) y Castelho
Velho de Santiago do Cacém en Portugal (también FABIÃO, 1999: 184). A esta lista se puede añadir el fragmento de un asa perteneciente a la colección donada
por Don J. Martínez al museo de Cuenca (LORRIO y
SÁNCHEZ, 2000-2001: lám.1) -el adorno podría pertenecer también a una jarra tipo Gallarate-; un fragmento procedente del campamento romano de Renieblas (LUIK, 2002: 58, fig. 77) y una forma casi completa ya que sólo le falta la base, de Tarraco-Tarragona
(ROIG, 2003: 105, 5.4 y fig. 21).
204
La Vajilla Altoimperial
LA VAJILLA DE BRONCE EN HISPANIA
mente. En la base se sitúan, soldados, en una posición
equidistante, tres pequeños pies en forma de pelta5.
ÁNFORAS
El tipo A 1000 de Tassinari es un ánfora, cuyo
cuerpo es de forma globular o esferoide, fabricado a
partir de una sola lámina martilleada. El pie presenta
molduras hechas a torno en la parte exterior y se encuentra soldado a la base. Las dos asas, generalmente adornadas, se encuentran soldadas desde el cuello
a la carena. Las ánforas de este periodo, siglo I d.e.,
constituyen una evolución de las formas tardorrepublicanas y tienen el mismo uso.
Un ánfora de este tipo forma parte del conjunto de
piezas de bronce recuperadas en el pozo Cartanyá situado en el foro de Tarragona (ROIG, 2003: fig.15 a-c).
AMPULAS-UNGÜENTARIOS
La forma Radnoti 84, Boesterd 287, Hayes 137-139
o Tassinari F1300 es una pequeña botella globular
de cuello estrecho y base torneada, de unos 7 a 9 cm
de alto, que contenía perfumes, aceites, etc. Forma
parte del ajuar de aseo que se llevaba a las termas junto con estrígilos, pateras de baño, pinzas, sondas, etc.,
colgando de grandes anillas. Estos ungüentarios estaban provistos de tapones o tapaderas, que se introducen en el cuello, con unos apéndices para fijar la cadena, que solía estar sujeta a una de las asas. Otras
dos cadenas permitían colgar el ungüentario de las
anillas de transporte de todo el ajuar.
Esta forma se caracteriza por un asa cuyo aplique
o medallón es la cabeza de una cabra o chivo, o un
grotesco rostro de anciano barbudo. Su larga cornamenta se arquea formando el asa, que al alcanzar la
altura del cuello, separa los dos cuernos para rodearlo, y así sujetarse justo bajo el borde de la ampulla.
Su cronología se sitúa en la primera mitad del siglo
I d.e. (HOLLIGER y HOLLIGER, 1986: nº 140).
En Celsa-Velilla de Ebro, Zaragoza (BELTRÁN, 1998:
nº4.2 - fig.149) apareció, en la calle V-1, un asa perteneciente a este tipo.
CACEROLAS
Cacerola es, de nuevo, una denominación que no
se corresponde con el útil utilizado en las cocinas actuales ya que, entre otras cosas, no se ponían al fuego, pero que constituye una nomenclatura aceptada
de forma generalizada en los estudios sobre vajilla metálica, por lo que se mantiene en este trabajo. Este útil
es muy frecuente en época romana. La cacerola se
compone de dos partes, un cazo, de profundidad variable, y un asa plana horizontal, fabricados conjunta-
Los textos antiguos al referirse a ella utilizan el término trulla. Su función no está aclarada definitivamente. Si bien parece que en el servicio de mesa y en
el de cocina era utilizada como cazo (HOLLIGER y HOLLIGER, 1985: 47), las diversas dimensiones del tipo
de recipientes atestiguan una multiplicidad de funciones en el ámbito del transporte y mezcla de bebidas
(CICIRELLI, 2003: 158; STEFANI, 2006: 148, nº 180).
Su interior aparece frecuentemente cubierto por un
baño de estaño, pudiendo relacionarlo con mezclas de
líquidos y bebidas. Por otro lado, las líneas concéntricas visibles en el interior de algunas cacerolas parecen
mostrar unidades de capacidad. En este mismo sentido, una cacerola de plata hallada en Pompeya presenta una marca X en el exterior, que ha sido interpretada como una indicación ponderal de 10 uncias, correspondientes al peso de 272,88 gramos (STEFANI,
2006: 148, nº 181). A la vez, este útil formaba parte
de la impedimenta que los soldados transportaban sobre sus hombros en las marchas, como aparece en la
Columna de Trajano, cumpliendo diferentes funciones.
La cacerola es, igualmente, la forma con mayor presencia de sellos de fabricante de toda la vajilla de bronce (PETROVSZKY, 1993: 30-91).
La forma de terminación del asa y la profundidad
de la cazoleta diferencian los tipos:
El tipo cuya asa tiene una terminación en arco con
cabezas de cisne (Eggers tipos 131-133; Tassinari
G1210), está fechado entre finales del siglo I a.e. y la
primera mitad del siglo I d.e. Una cacerola de este tipo fue hallada en Arrabalde, Zamora (GARCÍA y ABÁSOLO, 1993: 172-177). Sobre ella los autores del trabajo opinan que tiene relación con un hallazgo de Viadana, Lombardía, que según M. Bolla (1986: 195-218)
corresponde a las cacerolas “in lamina sottile” o Blechkasserollen tipo IIIb, variante D de su clasificación.
El tipo cuya asa finaliza en un orificio en media luna (Eggers tipos 137-138, Radnóti 11-13, Tassinari
G2100 y G2200) es conocido desde época tardoaugustea, y su producción desciende sensiblemente a fines de siglo I d.e., aunque se observa cierta pervivencia en el siglo II d.e. (BOLLA, 1994: 38; TASSINARI,
1995: 53). El origen de su producción está en Italia,
aunque talleres provinciales también empiezan a fabricarlas -en la Galia desde el siglo I d.e. (HOLLIGER y
5. Mª. A. Hernández publicó en 1985 una recopilación de estas pequeñas
bases recuperadas en Aragón, donde mencionaba la pertenencia de las de
pequeño tamaño a cacerolas y las de mayores dimensiones a sítulas. No
hay que olvidar, sin embargo que las jarras republicanas tipo Gallarate, Ornavasso y Kelheim (BOUBE, 1991: 28, 33, 40), así como alguna forma de
patera (NUBER, 1972: lám.3.1b) ), también llevan tres peltas u otras formas
de pequeños pies.
205
Romana ERICE LACABE
HOLLIGER, 1988-89: 64). Existen dos grupos, uno con
el cazo más profundo y cerrado, y otro de cazo menos
profundo y con paredes más abiertas6.
El fragmento de un asa de este tipo fue recogido
en una posible mansio en Las Ermitas, Espejo en Álava, en un nivel fechado en la segunda mitad del siglo
I y el II d.e. (FILLOY y GIL, 2000: 214, nº 109). Una segunda asa procede de las excavaciones en Cara-Santacara, Navarra (ERICE, 1986: 200, nº7, lám. IV .3) y
un fragmento del extremo del asa se recuperó en Ampurias (inv.1293).
A la cantimplora se le atribuye un muy probable
uso militar (FEUGÈRE, 1991b:125) y este es el contexto del hallazgo procedente de la tumba de un veterano de la legio VII Gemina, G. Velerius Soldus (VV.AA.,
1990: nº 247; FEUGÈRE, 1991b: 126), en Mérida. Por
otro lado, en el Museo de Prehistoria de Valencia se
conserva parte de la armadura lateral, incluido el orificio para el cuello, de una cantimplora cubierta por
una decoración esmaltada, que conserva el asa de
transporte. Procede de un hallazgo casual de Bélgida,
Valencia (Bronces romanos, 1990: nº 246).
CAZO DE BAÑO o PATERA DE BAÑO
El tipo en el que la terminación del asa presenta un
pequeño orificio circular, Eggers tipos 139-144, Tassinari G3000, se conoce desde el siglo I hasta el siglo III
d.e. pero la época de mayor producción se sitúa entre la
segunda mitad del siglo I d.e. y la primera mitad del siglo II d.e. (BOLLA, 1994: 36). El tipo Eggers 142 se fabrica en Capua, pero también en talleres provinciales como por ejemplo en la Galia. Esta es la forma más producida y más ampliamente difundida entre las cacerolas,
quizá por su simplicidad estructural (BOLLA, 1994: 36).
Un ejemplar completo de este tipo se encuentra en
el M.A.N. perteneciente a la Antigua Colección de la
Biblioteca Nacional (BLÁZQUEZ, 1962: 200, fig. 3) y
un mango fragmentado está documentado en el yacimiento de S. Cucufate en Portugal (SALETE DA PONTE,
1987: lám. VI. 77).
CANTIMPLORA
La cantimplora es un útil de transporte de líquido
en posición vertical, de uso individual, debido a las
cantidades que puede contener en su interior.
Las formas conocidas tienen un cuerpo circular
aplanado, compuesto por dos láminas de bronce martilleadas. Una armadura metálica lateral, más o menos
amplia, asegura la unión de las dos partes del cuerpo.
Está provista de un cuello tubular y borde plano. Dos
apliques de asas, fundidos, unas argollas o unas anillas
sujetan el asa, móvil, en forma de omega con los extremos en forma de cabezas esquemáticas de ánades.
Suelen presentar un pie en forma de cono o anillo.
De época imperial se conocen en gran parte de Europa, salvo en Italia, y su cronología no parece que exceda el siglo I d.e. (FEUGÈRE, 1991b: 125). A las formas
sencillas tardorrepublicanas suceden unos tipos con
asas más elaboradas y decoraciones más complicadas.
6. S. Tassinari (1995: 53) menciona que, de las 59 cacerolas inventariadas en
Pompeya con abertura en media luna en el extremo del mango, solamente seis pertenecen al grupo con el cazo menos profundo.
Se trata de un útil compuesto por un cuenco poco
profundo y un asa, fabricados en una sola pieza. La
forma fue primero estudiada por H. Willers en 1907 y
posteriormente por A. Radnoti (1938: 63-66), que le
adjudica el tipo 19. Se corresponde, igualmente, con
el tipo Raev 615, Boesterd 36 y Eggers 150. La división
tipológica establecida por Tassinari recientemente está en relación con la forma del borde bien plano (tipo
I1000), bien exvasado (tipo I1200).
Se fechan en los siglos I y II d.e., siendo su apogeo
en los reinados de los emperadores Nerón y Claudio. El
origen de la producción y distribución se encuentra en
el Sur de Italia (HOLLIGER y HOLLIGER, 1988-89: 66;
BOLLA, 1994: 44).
El orificio en forma de cerradura servía para colgarlo en el anillo de transporte de los objetos de baño
junto con el estrígilo, ungüentarios, las pinzas, etc.,
como muestra el conocido ajuar completo hallado en
Pompeya. Su estrecha asociación con el estrígilo parece confirmarse con diversos hallazgos, como el servicio
compuesto por ambos unidos por una cadena de hierro recuperado en Roma y formando parte conjuntamente en los ajuares de dos tumbas de Turín y Solduno en Italia. Se utilizaba para rociarse agua en las termas. Por ello tiene una difusión paralela a las termas o
baños con sistemas de calor implantados, y está prácticamente ausente en el territorio no romanizado (BOLLA, 1994: 44).
En Andelos-Muruzabal de Andión, Navarra se encontró una forma prácticamente completa perteneciente al segundo grupo que propone S. Tassinari, el tipo I1200, (MEZQUÍRIZ, 1960: fig. 6, lám.VII; ERICE,
1986: 202, nº 9, fig. 1.5, lám.V 1-2).
CAZO
El tipo Tassinari K2240 es un útil formado por un
vaso hemiesférico de labio exvasado, fabricado en
unión a un asa horizontal plana. La forma en banda de
larga asa muestra una extensión o ampliación que describe un remo con el extremo redondeado. Esta misma
206
forma de asas se encuentra en coladores con un vaso
similar, pero horadado, Tassinari tipo K3300.
Una forma completa fue documentada en el Cortijo de las Beatas, Villanueva del Trabuco, Málaga, a
través de los dibujos de A. Vives en la Hispanic Society
of America de Nueva York (GARCÍA Y BELLIDO -ed.-,
1993: lám. 309, 269).
FUENTES-PALANGANA-JOFAINA-BARREÑO
El tipo Eggers 97, también Boesterd 185, es una
amplia fuente con un asa fija en forma de omega cuyo centro está moldurado por tres anillos. Se corresponde igualmente con el tipo Tassinari S3110, que
es definido por su autora como una fuente de cuerpo
convexo con el labio engrosado y el borde rectilíneo.
La base es de forma troncocónica y paredes exteriores
convexas, cubiertas por círculos concéntricos -u otros
motivos-, apoyándose en un anillo. Este tipo de palangana muestra una amplia difusión en el territorio
ocupado por el Imperio. Comienza su producción en el
sur de Italia, quizás en Capua, en época augustea, y la
forma evolucionada se sigue fabricando hasta finales
del siglo II o comienzos del siglo III d.e. (KUNOW,
1983: 22; HOLLIGER y HOLLIGER, 1986: 9).
Forma parte de los útiles dedicados a la ablución,
al ajuar de limpieza y de lavado personal (KUNOW,
1985: 247). En unión a jarras se utilizaban en el ritual
de aseo previo al banquete, en el momento de la acogida a los comensales (CICIRELLI, 2003: 153). En Pompeya se han recuperado asociadas a jarras siempre fuera del ámbito de la cocina (TASSINARI, 1993: 232).
En Hispania se han hallado cinco asas en Hoya de
Santa Ana, Chinchilla, Albacete (ABASCAL y SANZ,
1993: nº 214, 90); Calahorra, La Rioja (TIRADO, 1993:
53); Celsa-Velilla de Ebro, Zaragoza (BELTRÁN, 1998:
63, fig. 150); Caesaraugusta-Zaragoza y ArcobrigaMonreal de Ariza, Zaragoza (BELTRÁN -dir-,1987: 35,
nº9, lám. LIV.9).
JARRAS – JARROS
Jarra tipo B1240 de Tassinari, también Boesterd
267. Su cuerpo tiene forma piriforme, la boca es circular, exvasada y de labio vertical. Presenta una decoración de ovas. El asa, soldada al cuerpo en vertical,
abraza el borde con un motivo vegetal, tres hojas, de
las que la central se eleva y gira formando el dedil,
mientras que las laterales se cierran en volutas, bajo
las que el asa se prolonga en dos cabezas esquemáticas de ánades. El resto del recorrido, en ángulo recto,
esta profusamente decorado con motivos vegetales. El
medallón muestra diferentes escenas báquicas. La separación entre el cuello y la panza se encuentra marcada por una banda de motivos vegetales.
LA VAJILLA DE BRONCE EN HISPANIA
Su función se encuentra en el servicio de mesa. Su
producción es de origen itálica y la datación se sitúa en
el siglo I d.e (ROIG, 2003: 85).
Jarras de este tipo se han localizado dos en el pozo Cartanyá del foro de Tarragona (ROIG, 2003: 8488, fig.3 a-c y fig.4 a-c), así como una en Lacipo-Casares, Málaga (POZO, 2002a: 411, fig. 4).
Jarra tipo Boesterd 288-290. El cuerpo presenta
una forma piriforme asentando el asa, soldada, en posición vertical. El extremo superior se une al borde circular del recipiente a través de tres hojas. La central gira hacia arriba para servir de dedil, mientras que las laterales se prolongan, abrazando el borde y terminando
en dos cabezas esquemáticas de ánades. El extremo del
asa que se apoya sobre la panza acaba en forma de un
pie, siendo ésta la característica que distingue al grupo.
La base de la jarra está fabricada a torno.
Este tipo de asa, que puede mostrar un pie izquierdo, un pie derecho -calzados y sin calzar- e, incluso, dos pies juntos, adorna dos formas de jarra. Por
su distribución geográfica, una se denomina “occidental” y la segunda “oriental” (TASSINARI, 1973:
135-136; SZABO, 1982-83: 91-93). La primera de
cuerpo más globular, y que presenta dos variantes
(SZABO, 1982-83: 91-93), se localiza en el noroeste
de Europa, no existiendo en Italia. El periodo de utilización de la forma comienza en la segunda mitad del
siglo I d.e., continuando su uso durante los siglos II y
III d.e. El segundo tipo, denominado “oriental”, y cuyo cuerpo es más piriforme, tiene una altura media de
23 cm y una cronología de fabricación situada entre
los siglos II y III d.e. J. F. Roig (2003: 9) menciona que
la forma hallada en Tarraco-Tarragona, perteneciente al
tipo oriental, debe proceder de unos pequeños talleres
húngaros y búlgaros, cuya producción se fecha en los
siglos II-III.
La función del primer tipo se relaciona, debido a su
hallazgo en santuarios, pozos, fuentes y lugares sagrados, con rituales en los que interviene el agua. El tipo “oriental”, sin embargo, proviene de contextos funerarios (SZABO, 1982-83: 94).
La jarra hallada en el pozo Cartanyá del foro de Tarragona presenta un pie izquierdo calzado con una
sandalia (VV.AA., 1990: 289, fig. 238; ROIG, 2003:
88-90, fig. 5 a-c). Un segundo ejemplar, albergado en
los fondos del Museo de Jaén, procede de un lugar entre los municipios de Garcíez y Jimena, Jaén (POZO,
2002a: 412, fig. 5). En este caso el pie es el derecho y
está desnudo.
La Jarra tipo B 1241 Tassinari tiene un cuerpo de
forma piriforme con una base resaltada. El asa está
profusamente decorada y en la parte superior se une
Romana ERICE LACABE
a la boca circular con el mismo motivo que otras jarras
de cuerpo piriforme, mencionadas anteriormente, es
decir, a través de tres hojas vegetales, de las que la central se eleva y gira para hacer de dedil, mientras que las
laterales terminan en volutas, añadiéndose una pequeña prolongación en forma de cabezas esquemáticas de ánades. El medallón lo ocupa la figura de un
Cupido alado, en movimiento, portando en su mano
una antorcha. El campo intermedio del asa, que acaba de nuevo en tres hojas, se encuentra cubierto por
motivos vegetales o animales.
La jarra de este tipo localizadas en Hispania provienen del pozo Cartanyá del foro de Tarragona (ROIG,
2003: 90-92, fig. 7 a-c)7.
Las ánforas tipo A de Tassinari y jarras tipo B 1222,
1240-1260, y las tipo E recuperadas en Pompeya,
muestran una gran diversidad de motivos decorativos
sobre el asa. Estos se pueden ordenar y reducir a tres
grandes grupos, que suponen un juego entre hojas de
acanto y hojas de loto (TASSINARI, 2002: 364). Estos
elementos decorativos fueron obtenidos tras un trabajo incisión, ablación o adición. El aplique o medallón
se une para formar una sola pieza, probablemente justo antes de ser fundidas, cuando todavía son piezas
en cera. Entonces, dependiendo de la pericia del artesano, se utilizan moldes en los que los rasgos de un
rostro aparezcan claros, difuminados o, incluso, imperceptibles, precisando un trabajo posterior con distintos resultados (TASSINARI, 2002: 366-367).
La jarra tipo Tassinari E1000 o guturnium8, cuya
característica principal es un pico vertedor en forma
de canal. La forma de la vasija es ovalada con cuello
corto. Tiene un pie circular soldado a la base.
La fabricación de esta vasija es de origen itálico y su
producción está datada a mediados del siglo I d.e.
(TASSINARI, 1993: Vol.1, 43; Vol. 2, 70).
La jarra completa procedente del pozo Cartanyá del
foro de Tarragona (ROIG, 2003: 98-100, fig.13 a-d)
muestra un asa y un medallón adornado con motivos
báquicos. En ese mismo pozo se recogió otra jarra más
de la que no se conserva el asa, y el pico vertedor en
forma de canal se encuentra separado del resto de la
vasija (ROIG, 2003: 98-100, fig.14 a-b).
7. Existen otras jarras piriformes, fabricadas en una pieza, tanto entre los hallazgos del pozo Cartanyá en el foro de Tarragona (VV.AA., 1990: 289,
fig.239; ROIG, 2003: fig.6 a-c, fig.8 a-c, fig.9 a-c, fig.10 a-b, fig.11 a-c,
fig.12 a-c), como recogidas en el álbum de dibujos de Antonio Vives (GARCÍA Y BELLIDO -ed.-, 1993: láms. 305 y 311) procedente de Tarragona y
Antequera en el Sur de la Península Ibérica.
8. W. Hilgers (1969: 191-192) Gut(t)urnium, cuturnium atestiguada para
ofrendas de vino y como jarra para lavarse las manos. Su forma presenta
un estrecho pico vertedor. Este autor hace referencia a formas en cerámica.
207
La jarra tipo Tassinari D 2400 se caracteriza por
presentar una boca bi o trilobulada, un cuello ancho,
un cuerpo con vientre ovoide apoyado sobre una base convexa, que eleva la forma sobre un pie alto y un
asa. Esta última, que sobrepasa la altura de la vasija, se
apoya en el borde, generalmente en forma de protome felina, y en la carena de la vasija, donde se sitúa un
medallón decorado.
El cuerpo de la vasija fue fabricado por martilleado
a partir de una chapa de bronce. El asa se fundió en
macizo por separado y fue unido por soldadura. El pie,
que muestra generalmente las acanaladuras del torneado, fue soldado igualmente a la base de la jarra.
Se corresponde con los tipos siguientes: Nuber
1972, tipo Alikaria; Radnoti fig.68, 145; Raev, 641,
fig3, nº 99 y Hayes, 76-77, nº 119.
Uno de los ejemplares más llamativo por su decoración es la jarra, sin asa, hallada en Los Torreones, Albacete (ABASCAL y SANZ, 1993: 69, nº 193). Presenta
una decoración de ovas en el borde y sobre su cuello y
en los hombros dos frisos decorados con series marinas. Una jarra de este tipo, hoy desaparecida, fue hallada en Villanueva del Trabuco, Málaga (GARCÍA Y BELLIDO -ed.-, 1993: lám. 185, 259; POZO, 2002a: 413,
fig. 7); otra jarra completa procede de las cercanías de
Priego, Córdoba (LIZ, 1987: 792-795; POZO, 2002a:
413-414, fig. 8 a-b). Posiblemente, en los fondos del
M.A.N. (BLÁZQUEZ, 1960: 204, fig. 3, 9) se encuentre
otro ejemplar muy bien conservado y sin pie. Con la
misma precaución que la pieza anterior se puede mencionar una forma sin asa procedente de Fuentespreadas, Zamora, (SEVILLANO, 1978: 125, lám. XIX. 40).
La cronología del hallazgo de Torreones, Albacete,
se ha situado en la segunda mitad del siglo I d.e.
(ABASCAL y SANZ, 1993: 75).
La forma Tassinari E 3000 o jarra con boca en forma de herradura de caballo, también Boesterd 225226 y Eggers 127. La panza es ovoide, el cuello largo
y toda ella se asienta sobre un pie alto. El asa, que en
su curvatura supera la altura del borde, se apoya sobre
el borde, donde suele ubicarse un animal (felino, águila, équido), y sobre el hombro de la vasija.
Estas jarras forman parte del servicio de aseo y lavado de manos, junto con las pateras tipos Eggers
154-155 (KUNOW, 1983: 80).
La jarra más elaborada de este tipo fue hallada en
la mina Do Fojo das Pombas, Valongo (Portugal). Es de
bronce y presenta bandas adornadas en la separación
entre el cuello y el cuerpo, así como en los hombros. El
asa, soldada, muestra en su arranque un águila con las
alas extendidas y un rostro de la diosa Isis en el meda-
208
llón. El autor de su publicación manifiesta la existencia
de dos piezas semejantes en Portugal, sin especificar
cuales (ALCUBIERRE, 1962: 168-171, fig. 3-4). Otros
ejemplares, más sencillos, proceden de Lacipo-Casares,
Málaga (VV.AA., 1990: 291 nº 242; POZO, 2002a:
415, nº 9); de la provincia de Sevilla, cuyo arranque
del asa se encuentra adornado por una esfinge en reposo y el medallón ocupado por un rostro femenino
con diadema (POZO, 2003: 415, nº 10) y, finalmente
de Els Horts en Vallada, Valencia, con una jarra desprovista del asa y el pie alto (ALBIACH, 2003: 223).
La forma tipo Tassinari Y4000, también Radnoti
70 y Boesterd 223, se encuentra adscrita al grupo de
askoi de la sección de Varia de la catalogación de esta
autora. Es una vasija con un cuerpo ovoide, de vientre
alargado y paredes asimétricas. El cuello es corto y presenta también las paredes asimétricas. Por su parte el
borde, más elevado en el lado opuesto al mango, está exvasado y adornado con un motivo de ovas. La vasija se apoya sobre un disco fino. El asa, posicionada
en oblicuo, presenta la figura de un felino rampante,
que apoya sus zarpas delanteras en el borde sobre dos
nervaduras o costillas que recorren la parte posterior
de la vasija, y las traseras sobre la carena. La superficie
de la panza se encuentra decorada con motivos vegetales en relieve. En España apareció un ejemplar con
estas características en las aguas de Palamós, Gerona
(MAYER et alii, -coord.-, 1992: 76); otro ejemplar se
encuentra en los fondos del M.A.N. con procedencia,
posiblemente, de Écija, Sevilla (BLÁZQUEZ, 1960:
nº10, fig. 2a-b). Este último no muestra en el asa un
felino rampante, sino un complicado motivo vegetal
que acaba en un gran aplique, donde está figurado un
erote alado. Sobre la boca ovalada descansan dos cápridos enfrentados.
La jarra de boca fundida en macizo junto con el asa
fue estudiada por A. Radnóti en 1938, que las denominó Blechkannen tipo 75. Posteriormente, H. J. Eggers, en 1951, las reconoce en su clasificación como tipo 128. M. Boesterd en 1956 las clasifica con los nº
257-258. Más tarde, B. A. Raev, en 1977-78 diferencia dos grupos entre ellas. M. Bolla, por su parte en
1989, acepta los dos grupos, uno en el que la boca y
el asa han sido fundidas con la jarra, y el otro en que
ambas piezas se funden por separado. S. Tassinari, en
1993, las clasifica como E6000 y, finalmente, K. Szabó, en 1994, hace una revisión y puesta al día del tipo
al que denomina “Vasijas de boca maciza fundida en
una pieza con el asa”.
En la Península Ibérica, J. Aurrecoechea hace en
1991 una puesta al día de los tipos propuestos, de la
cronología y el origen de las “Blechkannen” en el Imperio y ofrece una primera lista de hallazgos. A. Alarcão, por su parte, publica en 1996 un estudio de conjunto de las formas hispanas.
LA VAJILLA DE BRONCE EN HISPANIA
La forma, cuyo prototipo es itálico, presenta una
panza globular, a veces piriforme, a veces bitroncocónica -de finas paredes trabajadas a torno-, con pie, un
cuello alto y estrecho, además de un asa, fundida junto a la boca, que se eleva por encima, o permanece a
la misma altura del pico vertedor. La jarra estaba provista de una tapa móvil, de la que generalmente se
conserva la charnela, que la sujetaba a su posición.
El tipo presenta centros de producción identificados en la Galia, Germania (tipos Bolla 1b-e) y Britania
(SZABO, 1994: 401-402).
Los hallazgos hispanos proceden de Conimbriga
(ALARCÃO et alii, 1979: lám. XXXVII.12 y 15-16 no
conservan el asa); una probable vasija sin la boca y el
asa de Fojo das Pombas, Valongo (ALBURQUERQUE,
1962: fig. 6.4); la boca y el asa de dos vasijas procedentes del Cabo de Higer, Guipúzcoa (URTEAGA,
1988: nº 5, 6 y 8); una jarra con el asa rota de Liédena, Navarra (ERICE, 1986: 202, lám. V.3); Muruzabal
de Andión-Andelos, Navarra; Mérida (VV.AA., 1990:
110); León (VV.AA., 1990: 290, 241; VV.AA., 1995:
282); una jarra que conserva la boca, pero no el asa,
de la villa romana de Arellano, Navarra (MEZQUÍRIZ,
2003: 47, fig. 1); la boca de una jarra de Alpera, Albacete, publicada por J. M. Abascal y R. Sanz (1993:
81, nº 204). Estos autores mencionan también un hallazgo en Villavalverde, Madrid, y otro en Quinta das
Alagoas, Penamacor; una jarra completa hallada en la
provincia de Cuenca (ERICE, 1987: 471-473); una boca de jarra “con extenso desarrollo decorativo” y una
tapa procedentes de la provincia de Jaén, además de
otra tapa recuperada en Porcuna, Jaén (AURRECOECHEA, 1991: figs. 4.8, 4.9, 4.10, 236-240). En el Museo Arqueológico de Oviedo existe un ejemplar (ESCORTELL, 1975: lám. XCVII). Finalmente en el M.A.N.
de Madrid se encuentra recogido, entre los bronces de
la colección Salamanca, una de estas jarras, al igual
que existen tres inéditas procedentes de Arganda y Velilla en la provincia de Madrid y Seseña en Toledo9.
La bibliografía especializada aceptaba una cronología en los siglos II y III propuesta por A. Radnóti
(1938: 155), A. Raev (1977,156) y J. Kunow (1983:
24-25). En Hispania, la jarra de Liédena apareció en un
nivel fechado en el siglo IV, y el conjunto de vasijas de
Fojo das Pombas parece datarse en el siglo II d.e. Sin
embargo, las jarras de Conimbriga proceden de niveles revueltos, pero se han hallado, como en la Galia,
fragmentos de una forma idéntica en cerámica datada en la segunda mitad del siglo I (ALARCÃO, 1996:
28, 30), lo que lleva a pensar que la forma en metal
era ya bien conocida en esa época. De igual modo, son
9. Según J. Aurrecoechea (1991: 239).
209
Romana ERICE LACABE
ya muchos los hallazgos fechados en el siglo I tanto
procedentes de la Península Itálica, como de Galia,
Germania e incluso Britania (BOLLA, 1989: 95; SZABO, 1995: 399, 401), por lo que la forma tendría una
fecha de utilización desde el siglo I d.e. hasta los siglos V y VI (CASTOLDI, 2002: 370). La jarra pervive durante varios siglos evolucionando y variando el prototipo original, así como aportando ingenios que permitan una mejor sujeción de la frágil unión boca-asa.
PATERAS
Se componen generalmente de dos partes fundidas por separado y soldadas posteriormente la una a
la otra. Una cazoleta o cuenco muy abierto trabajado
a torno, que puede llevar un umbo en el centro y un
mango, fundido en hueco y trabajado posteriormente en frío, que, generalmente, se encuentra cubierto
por profundas acanaladuras longitudinales, aunque
existen variantes lisas, adornadas con motivos figurados. El remate final suele ser una protome de carnero
o can, y excepcionalmente en cabeza humana.
La pateras tipo Eggers 154-155; Boesterd 68, forman parte, junto a las jarras de boca trilobulada tipo
Eggers 124-127; Boesterd 233-236, del servicio de
aseo o lavado de manos (KUNOW, 1983: 80), como
mostró el profundo y exhaustivo estudio llevado a cabo por H. U. Nuber en 1972.
En el museo de Albacete se encuentra conservada
la cazoleta de una patera sin el mango. Los labios del
borde presentan un adorno de ovas y en el centro aparece el pequeño umbo característico que permite clasificar esta pieza en el Servicio F o tipo Alikaria de
H.U. Nuber. En este caso el mango sería liso y no estriado. Otra cazoleta similar, sin las ovas en el labio, y
provista de un destacado umbo, procede del Cortijo
de las Beatas en Antequera (GARCÍA Y BELLIDO -ed.-,
1993: 271, lám. 310). Un asa adquirida en Granada y
dibujada en el album de dibujos de Antonio Vives en
The Hispanic Society of America, Nueva York (GARCÍA
Y BELLIDO -ed.-, 1993: 271, lám. 325), muestra un
mango, de sección circular, estriado y rematado, probablemente, por una cabeza de can, como también se
puede observar en algunas de las terminaciones pompeyanas -tipo H 2312 de Tassinari- (TASSINARI, 1993:
Vol. II, 137-138), y constituye una de las terminaciones
posibles de los Servicios D o Hagenow y G o tipo Canterbury de H. U. Nuber. De este último tipo menciona
H. U. Nuber (1972: 182, nº 9) un mango terminado en
cabeza de cordero inventariado en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
El uso del conjunto jarra-patera, una costumbre
que el mundo romano imperial toma de la cultura helenística a través del Sur de la Península Itálica (NUBER,
1972: 33), aparece en dos ámbitos: en la vida diaria
donde eran llevadas por los sirvientes hasta los comensales durante los banquetes y comidas para lavarse las manos; -un uso similar se le reconoce a los hallazgos en campamentos, donde serían utilizados por
los oficiales-, es decir, un uso en el personal. Mientras
que el segundo ámbito se encuentra en los ritos y ceremonias sagradas que tenían lugar frente a altares,
como muestran varios relieves en los que son llevados
por Camilos dispuestos a verter el agua sobre las manos del oficiante (NUBER, 1972: 88, 89, 95). La cronología más antigua fecha el servicio jarra-patera de
aseo desde el siglo IV a.e., y continúa su uso profano
probablemente hasta el siglo IV d.e. Sin embargo, en
la liturgia cristiana es adoptado y permanece sin ruptura (NUBER, 1972: 35, 128, 129).
SALSERO
El Tipo 65 de Boesterd y Tassinari Q1000 es un
recipiente poco profundo con un gran pico vertedor
sobreelevado y acabado en punta. Presenta una pequeña base circular. El asa, ubicada en el extremo
opuesto al pico vertedor, es plana y se acopla al borde
del vaso en forma de cabezas de ánades. El extremo
opuesto, que puede presentar una decoración de motivos vegetales, finaliza en forma lobulada.
Se trata de un producto procedente de los talleres
de Capua, que están trabajando en el siglo I d.e. (HOLLIGER y HOLLIGER, 1985: 60, nº 34).
En la tumba 6 de la necrópolis de Osma, Soria se
recuperó un asa perteneciente a uno de estos salseros
(TORRE y BERZOSA, 2002: figs. 9 y 7d).
SIMPULA
El cazo de mango vertical tipo Aislingen es el único que se mantiene a lo largo de los primeros decenios
del siglo I d.e., ya que los demás tipos de simpula han
desaparecido por completo. Este cazo, que tiene un
pequeño pie, aparece en abundancia entre época de
Augusto y época de Nerón, convirtiéndose en una forma esporádica a partir de época flavia (CASTOLDI y
FEUGÈRE, 1991, 87). Su función se encuentra probablemente en el servicio de mesa, donde era empleado
tanto para extraer y transportar líquido del recipiente
en el que se había realizado la mezcla al vaso de beber
o de libación, como servir de medida base para la mezcla de vino y agua, o como dosis de vino escanciado en
las copas durante el simposium (GUZZO, 2006: 82). C.
Fabião (1999: 177) menciona hallazgos portugueses
de esta variante de simpula en la Mina do Lousal, Grândola, fragmentos de uno o dos en la Citânia de Briteiros, Guimaraes; en Conimbriga (el extremo del asa en
ALARCÃO et alii, 1979: lám. XXXVIII, 27) y en Castelo
Velho de Santiago, Cacém. Un cazo sin el asa se recuperó en La Bienvenida, Ciudad Real (AURRECOECHEA,
210
1991: 243-244, fig.6.14). El cazo sin el mango hallado en Horta das Pinas (PONTE, 1986: 123, fig. 32; AURRECOECHEA, 1991: 244). El ejemplar de Herrera de
Pisuerga, Palencia (PÉREZ, 2004: 79, fig. 6) apareció
sin el extremo del mango vertical; el mango fragmentado procedente de Arastipi-Villanueva de Cauche, Málaga (POZO, 2004: lám.1.6) y, finalmente, tres fragmentos de asas procedentes de Ampurias, Gerona (inv.
1225, 13420 y 13421).
SÍTULAS
Sítulas tipo Eggers 24. En el Museo del Teatro de
Caesaraugusta se exhibe el aplique figurado de una sítula de este tipo con un aplique formado por una máscara teatral sobre la que se sitúa el anillo de suspensión. El aplique, fechado en el siglo I d.e., representa
una máscara de la Tragedia con alto onkos (ERICE,
2000: 297-302). Un segundo aplique perteneciente
igualmente a una máscara de teatro, probablemente
el joven muchacho o el esclavo mencionados en la Nueva Comedia, se recuperó en Casinas, Cádiz (POZO,
2002b: nº 98). Su factura se asemeja en mayor medida que el primer aplique a los tipos iconográficos itálicos.
Sítulas tipo Eggers 35. En los depósitos del Museo
Provincial de Jaén se encuentra el aplique del asa de
una sítula de este tipo de procedencia desconocida. El
aplique se compone de una hoja de parra rematada
por una anilla con unos apéndices laterales a modo de
travesaño. Sobre la hoja, que muestra bien diferenciadas sus partes, se encuentra la cabeza de un personaje dionisiaco -o el mismo Dionisos niño- con los corimbos que adornan la corona que lleva sobre la frente. La cronología de este aplique, bien conocido en el
resto del Imperio10, debe situarse entre los siglos II y III
d.e. según los autores del estudio (AURRECOECHEA y
ZARZALEJOS, 1990: 285-286).
Existe un grupo de sítulas típicamente hispanas, cuyos apliques figurados fueron estudiados y clasificados
en 1970 por M. Delgado. Esta autora lusa reconoció
cuatro tipos que se mantienen en la actualidad. Los tipos I, III y IV de Delgado comienzan su producción en
época altoimperial, mientras que el tipo II tienen un
periodo de fabricación bajoimperial, por tanto no formará parte de este capítulo. Estos apliques fueron fabricados en moldes bivalvos, como los hallados en las
excavaciones de Conímbriga (MOUTINHO ALARCÃO,
1984. 34, fig. 123). Los apliques, clasificados por M.
Delgado, parecen tener relación con una forma de sítula de cuerpo bitroncocónico y carena baja, provista
10. S. Tassinari (1975), publica tres ejemplares procedentes del bosque de
Compiégne, nº 125-127; otra más procedente de Saint-MartinOsmonville, Seine Maritime (TASSINARI, 1995: nº 108).
LA VAJILLA DE BRONCE EN HISPANIA
de un borde exvasado (ERICE, 2006: fig. 3). Las sítulas
pertenecen al servicio de bebida que se instala en la
mesa preparada a los comensales (KUNOW, 1983: 79,
83; ERICE, 2006,_____).
El tipo I de Delgado está constituido por un escudo circular, sobre el que se sitúa un travesaño rectangular que tiene unido un anillo para la suspensión
del asa. Un esquemático rostro rodeado por una especie de corona radial ocupa el escudo, mientras que
el travesaño, tan largo como el diámetro de la esfera
o un poco más, está decorado por una o dos líneas de
incisiones dispuestas transversalmente, limitadas por
dos protuberancias. El rostro muestra siempre un trabajo tosco y poco elaborado. J. Aurrecoechea y M. Zarzalejos en 1990, en un estudio sobre apliques procedentes de la Oretania, llevan a cabo la primera actualización sobre los tipos I, II y IV, precisando cronologías y ampliando el mapa de difusión elaborado por M.
Delgado en 1970. Posteriormente R. Castelo y otros,
en 1995, dan a conocer tres nuevos ejemplares y abordan diferentes aspectos sobre tipología, tanto de este
tipo como del IV, del mismo modo, añadiendo nuevos
paralelos.
Este tipo es el más frecuente y más ampliamente
difundido en la Península Ibérica, mientras que fuera
de ella no existe. Los hallazgos proceden de los siguientes lugares: diez ejemplares de ConimbrigaCoimbra (DELGADO, 1970: lám. I,1-10; ALARCÃO y
ETIENNE,1979: nOS 34-36, 38); M. Delgado (1970: 17)
menciona varios ejemplares en el M.A.N. procedentes
de Murcia y Alicante. Pero también se conocen ejemplares procedentes de de Sant Josep, La Vall d´Uxó,
Castellón (ROSAS, 1980: 204, nº 17); Falces, Navarra
(ERICE, 1986: fig.1.2); un aplique en La Bienvenida,
Ciudad Real (AURRECOECHEA y ZARZALEJOS, 1990:
fig. 3.1, estos autores (1990: 286) mencionan la proliferación existente en Portugal: Torre dos Namorados,
Fojo das Pombas, Santa Victoria do Ameixial, Paredes
en Alenquer, Torres Novas, Lameirancha, Torre de Palma, Faro, Tavira, Obidos, Castello de Montemoro-Novo, Aljustrel y Evora). Además se conocen, tres apliques procedentes de Badajoz, recogidos en The Hispanic Society of America de Nueva York, más una sítula completa con sus dos apliques de procedencia
desconocida y conservada en el mismo lugar que las
anteriores (GARCÍA Y BELLIDO -ed.-, 1993: lám. 337,
nº 495, 497, 498, lám. 299); tres apliques de Saucedo, Talavera la Nueva, Toledo (CASTELO et alii, 1995:
lám. 1.1-3); dos apliques seguramente del mismo acetre procedente de Villamol, León (VV.AA., 1995: 284,
foto central); dos ejemplares de procedencia desconocida en el Museo Arqueológico de Granada, inv.
4906 e inv. 389 (POZO, 2002b: nº 90, 92; POZO,
2004: 441, fig. 9); Pinos Puente, Granada (POZO,
2002b, nº 91); Nueva Carteya, Córdoba (POZO,
2002b: nº 93); Cabezo de Hortales en Villamartín, Cá-
Romana ERICE LACABE
211
Figura 3: Ánfora: Tarragona (ROIG, 2004: fig.15a); Ampulla: (BOESTERD, 1956: 287); Cacerolas: (TASSINARI, 1993: G1219); (TASSINARI, 1993:
G2100/2200; (TASSINARI, 1993: G3000); Cantimplora: Mérida (Bronces Romanos, 1990: nº 247); Patera de baño: Andelos-Muruzabal de Andión (ERICE, 1986: fig. 1.5); Cazo: Villanueva del Trabuco (GARCÍA Y BELLIDO -ed-, 1993: lám. 309); Fuente/Palangana: (TASSINARI, 1993:
S3110) y asa, Chinchilla (ABASCAL y SANZ, 1993: nº 214); Jarras: BOESTERD 288-289, Tarragona (ROIG, 2003: 5a-c); Tassinari B1240, Tarragona (ROIG, 2003: 3c-4c); Tassinari B1241, Tarragona (ROIG, 2003: 7a-c); Tassinari E1000 (ROIG, 2003: 13a-c); Tassinari D2400, Priego (LIZ,
1987: fig. 3); Tassinari E3000, Lacipo, Málaga (POZO, 2002: nº 9); Tassinari Y4000 (BOESTERD, 1956: 223); Blechkannen, Conimbriga (ALARCÂO, 1996: fig. 3.14); Pateras: (BOESTERD, 1956: 68); Salsero; (BOESTERD, 1956: 65); Simpulum: Herrera de Pisuerga (PÉREZ, 2001: 78,fig.
7); Sítulas: aplique máscara de teatro, Zaragoza (ERICE, 2000: fig. 5); aplique máscara sobre hoja, Museo Arq. de Jaén (CASTELO et alii.,1995:
fig. 7.7); Delgado I, Conimbriga (DELGADO, 1970: fig. 1.1); Delgado III (ERICE, 2006: fig.5.11); Delgado IV (DELGADO, 1970: fig. 2.5); sítula
de Madrid (GARCÍA Y BELLIDO -ed-, 1993: lám. 299).
212
LA VAJILLA DE BRONCE EN HISPANIA
diz (POZO, 2002b: nº 94); Teba, Málaga (POZO,
2002b: nº 95); dos apliques procedentes de Niebla,
Huelva, (POZO, 2002b: nº 96-97) y, finalmente, Aratispi, Villanueva de Cauche, Málaga (POZO, 2004: fig.
3).
BIBLIOGRAFÍA
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ALARCÃO, J. (1974): Portugal romano, Lisboa 1974.
El tipo III de Delgado estaba formado por un solo ejemplar procedente de Conimbriga que se caracterizaba por un escudo ovalado y un travesaño corto,
casi inexistente. El rostro representado pertenece a un
personaje masculino con una gran barba compuesta
por gruesos tirabuzones. Un trabajo reciente (ERICE,
2006: ___) aumenta el número de hallazgos y añade
nuevas características, como son unos apéndices triangulares a la altura de las orejas del rostro, que se convierten en la mayoría de los casos en hojas con sus partes bien significadas. De este tipo se conocen trece
ejemplares (ERICE, 2006, ___): Conimbriga-Coimbra,
Portugal dos ejemplares; San Sebastiao do Freixo, Batalha, Portugal; Santa Menina, Fundao, Portugal; Zafarraya, Granada; Mérida, Badajoz; de procedencia
desconocida en la Hispanic Society of America, Nueva
York, inv: R4496; Penadominga, Quiroga, Lugo; un
aplique de procedencia desconocida conservado en el
Museo de Zaragoza, inv: 00.2.10; dos apliques procedentes de una sítula completa de Zaragoza y, por último el de Els Plans, Alcoi y Alicante.
La cronología sobre este tipo III de Delgado, que
copia formas de apliques helenísticos de sítulas bien
conocidos, y ha sido propuesto por R. Erice como el
más antiguo de los cuatro de la clasificación de la autora lusa, situaría la producción durante el siglo II d.e.
y la primera mitad del siglo III (ERICE, 2006).
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El aplique tipo IV de Delgado se caracteriza por
un escudo triangular u ovalado, una ausencia de travesaño y la anilla de suspensión. El rostro, a veces muy
esquematizado, muestra a un personaje rodeado por
su poblada barba y una abundante cabellera.
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Ejemplares de este tipo han sido encontrados en
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II. 5-11, 13); Maceira-Liz, Leiria, Portugal (ALARCÃO,
1970: nº 2): La Bienvenida, Almodóvar del Campo,
Ciudad Real (AURRECOECHEA y ZARZALEJOS, 1990:
fig. 3.2); Casa de la Zúa, Tarazona de la Mancha, Albacete (ABASCAL y SANZ, 1993: nº 218); Niebla, Huelva (POZO, 2002b: nº 99) y Sta. Marta, conservada en
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